Para los que habitáis en lugares de montaña, no hace falta que os recuerde la necesidad de calor en vuestra casa. Incluso en verano, cuando agosto va avanzando, enciendo la chimenea alguna tarde de tormenta. Pocas sensaciones son tan bonitas como el crepitar de la leña, los matices amarillos y naranjas del fuego, ese calor seco unido al olor de la leña que nos relaja al instante. Las ardientes llamas nos acercan a nuestros seres queridos en un ambiente de paz.
En el proyecto que os presento, tuve dos retos importantes: uno era un presupuesto ajustadísimo, y otro, conseguir que, poniendo una pequeña y sencilla estufa, quedase importante en un salón de tamaño notable.

Me decidí por una muy práctica estufa nacional, fabricada en hierro fundido, de marca Lacunza (Navarra).
Para darle importancia y relacionar este elemento con el entorno, opté por revestir las dos paredes que la rodean con piedras del río del pueblo. Si os gusta la idea, los cantos pueden ser de espacios diversos, no tienen por qué ser iguales, incluso puedes recogerlos en lugares que sean especiales para ti… así llevarás algo de ellos a tu hogar y estarán a tu lado todo el tiempo. ¡ Y sin coste alguno!

Puede que cosas bonitas y únicas estén bajo vuestros pies…solo hay que mirar con atención.

Como seguía sin presupuesto y el salón es grande y muy luminoso, diseñé a la medida una estantería de escayola, que, con una sola balda, «estirándola», se forman estantes corridos en las dos paredes. Rematé el conjunto con el contraste de color gris basalto en la estantería y blanco puro en el resto de paredes y techo abuhardillado. ¿Os gusta?

Con las barricas de vino que ya no sirven para almacenarlo en  las bodegas, se fabrican estos grandes contenedores que en este caso he usado como leñero. Fue adquirido en un mercado agrícola de la Rioja.
El kilim, antiguo, procede de un zoco de Estambul. Es de lana tejida y, aunque tiene muchos años, su teñido artesanal hace que los colores sigan tan intensos.
El tapiz colocado a la derecha de la chimenea procede de la india, y formó parte de un ajuar de boda.

Las piñas proceden de los montes de la zona, recogidas a lo largo de los paseos por el campo. Además de decorar, son un excelente combustible.

Por último, en el centro, lámpara tradicional de arcilla hecha a mano en Sicilia.
En las calurosas noches de verano, un gran número de ellas son colocadas a lo largo de las calles y escalinatas . La luz que emiten a través del dibujo artesanal resulta mágica. Esta iluminación se produce mediante la combustión de aceite de quemar en una mecha tradicional. La de la foto fue adquirida durante unas vacaciones en Taormina.