hayedos en la comarca

Para los que habitáis en lugares de montaña, no hace falta que os recuerde la necesidad de calor en vuestra casa. Incluso en verano, cuando agosto va avanzando, enciendo la chimenea alguna tarde de tormenta. Pocas sensaciones son tan bonitas como el crepitar de la leña, los matices amarillos y naranjas del fuego, ese calor seco unido al olor de la leña que nos relaja al instante. Las ardientes llamas nos acercan a nuestros seres queridos en un ambiente de paz.
En el proyecto que os presento, tuve dos retos importantes: uno era un presupuesto ajustadísimo, y otro, conseguir que, poniendo una pequeña y sencilla estufa, quedase importante en un salón de tamaño notable.

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